29/11/13

Miscelánea (9)

Los prospectos medicinales suelen recomendar que no se ingiera el medicamento si se es alérgico a alguno de sus componentes. ¡Pa'chasco!

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Mimetismo. ¿Alientan las carreras de motos y coches la velocidad en el conductor común?

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Otro mimetismo. ¿Los salivazos de los astros del fútbol en el terreno de juego animan a los aficionados a hacer lo mismo en las aceras? Lo digo porque cada vez veo más tíos que escupen en la calle.

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En sus reuniones en el Congreso, previamente a la votación de una ley intervienen por turno los partidos, el último el Pp. Éste, tras otros argumentos en el mejor de los casos, en defensa de su propuesta, apela al hecho de que tienen la legitimidad que les dan los-no-sé-cuántos-millones-de-votos. O séase que emplea la mayoría absoluta, que se sabe, lógicamente, ganadora, como última ratio: a tomar por saco todos los argumentos: estos son nuestros poderes.

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Como colofón a la defensa de una ley, en una de esas reuniones-aquelarre de que he hablado antes, el ministro de LA Educación, ante la declaración del Psoe de que cuando ellos gobiernen derogarán dicha ley, citando el Eclesiastés —supongo que ya llevaría la cita preparada— dijo: "Hay tiempo de destruir y tiempo de construir". "Por eso, por eso, señor ministro", le podría haber respondido alguien del Psoe, si tuvieran reflejos, "el tiempo de destruir es el de ustedes y el de construir, el nuestro".
                  
Otras misceláneas
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27/11/13

TV basura (valga la redundancia)

Repulsión es lo que me está produciendo en los últimos días la estomagante información puntual, detallada, cámara al hombro —y micrófono en ristre por si al perseguido se le ocurre contestar al audaz reportero la pregunta de si se arrepiente de sus crímenes—, cada vez que un asesino o violador sale en libertad.
          Por si fuera poco, la crónica suele venir acompañada de la información capciosa, especiosa, de que el excarcelado, condenado, por ejemplo, a 300 años, sólo ha cumplido 26, olvidándose de decir que esos 26 han sido de una condena máxima de 30, poco menos que sugieren que se ha ahorrado 270 años de cárcel, y que el liberado lo es tras haber cumplido la pena con arreglo a la ley. Luego suele venir la villanía de calcular el nº de años que el excarcelado ha pagado por cada asesinato o la predicción de cuántos saldrán libres el próximo día: ¡atentos nuestros espectadores que allí estaremos para informarles como se merecen!
          La tv sin escrúpulos —no sé si algún canal quedará a salvo— suele ser la misma que para hablar del buen tiempo saca a gente en la playa, y como resulta que en la playa hay titis en tetas, pues aprovechamos para tomar unas panorámicas.
          Esta sucesión de noticias sangrientas y de banalidades como las del buen tiempo o de refritos de videos en los que aparece un choque de autos en masa, es una muestra de la obscenidad de la televisión.
          ¡Qué asco!

P. S. Quizás algún curioso lector de este blog —improbable por otra parte— se pregunte qué coños hago viendo la tele pensando de esta manera. Pero es que, verá usted, es tradición en casa ver el telediario a la hora de las comidas o comer a la hora del telediario, y no es cosa de que yo me oponga y tengamos un disgusto familiar.

26/11/13

Otro hallazgo verbal

El de Rosa Montero hoy en EL PAÍS, en su artículo No saber: "discurso lleno de bótox". Se refiere al discurso de Rajoy, quien, por lo visto, ha declarado que "no sabe si" las cuchillas de las vallas de Melilla "pueden afectar a las personas". "Discurso lleno de bótox": ¡me encanta!
         Otro que tal podría ser el del chupacirios ministro del Interior que asegura que las cuchillas son elementos disuasorios pasivos, no activos. Vamos, que si no te acercas a ellas no te hacen nada. Como una valla elctrificada o un campo de minas, que sólo actúan si las pisas; si no, permanecen pasivas.
         Y otra: la Minipresidenta, que dice, con esa mueca que tiene por sonrisa, que tales vallas sólo han causado unos 10 heridos en las cárceles, pasando por alto el pequeño detalle de que en las cárceles, que se sepa, no hay asaltos en masa a los muros.
         ¡Panda de cínicos!

24/11/13

"Programa en b"

Bien traído lo de Rubalcaba, buen juego de palabras, sobre que el Pp tenía un programa electoral en 'a' y otro en 'b', y éste es el que está aplicando. Yo creo que ese es el tono: luchar en el (importantísimo) terreno del lenguaje. No estoy de acuerdo, sin embargo, con que el Pp tuviera un programa en a, si por programa electoral se entiende lo que yo entiendo: una herramienta, unas medidas que en sí mismas no son fines sino medios para conseguirlos. Lo que suele ocurrir es que las me-didas propiamente dichas —los programas— vienen mezcladas con las promesas, con los fines que se declaran —¡más bien de forma ambigua!—. Pero, que yo recuerde, el Pp no tenía programa electoral, propiamente dicho, declarado, lo que lleva a pensar que las medidas que está tomando o son improvisadas o estaban previstas y ocultas cuando la campaña. En este sentido, todo un auténtico programa en 'b'.

21/11/13

No utilizar el lenguaje del adversario

No, por favor, no digas, como ellos quieren, Ley de... Llámala: Ley de Represión Ciudadana.

P. S. añadido el 25/11/13

También puede valer Ley Anti Protesta

18/11/13

Sobre la supuesta derogación de una doctrina

Sin duda está justificada la rabia de las víctimas y de sus familiares cuando queda en libertad un asesino. ¡¿Cómo no va a estarlo?!

Menos justificado me parece acudir a la puerta de la cárcel cuando los excarcelados, que lo son por haber cumplido su pena con arreglo a la ley, para increparlos, salen en libertad.

Pero lo que me parece repulsivo es el aprovechamiento que los medios —¡siempre los medios!— hacen de las emociones de las víctimas y de sus familiares. En esta explotación, y mi consiguiente asco, incluyo cosas como la del otro día de un periodista persiguiendo micrófono en ristre a un liberado, mien-tras corría a meterse en un coche, para preguntarle si se arre-pentía de los crímenes que había cometido. O seguir a otro seña-lando que sonríe. O resaltar que un condenado a tropecientos años de cárcel sólo ha cumplido 28. O ese estúpido e indecente cálculo de que el asesino ha salido a tantos años por cada asesinato.

14/11/13

Dos besugos en bici

Iba yo esta mañana —9:40— por la av. de Leganés, dirección este-oeste, por el tramo entre c. del Yunque y c. Hormigoneras, cuando he visto venir a una pareja de una y uno en bicicleta por la misma acera, por el tramo de c. del Mazo y Hormigoneras. "A ver qué hacen esos cuando lleguen a la rotonda", me he dicho. Pues bien, han cruzado la c. Hormigoneras por el paso de cebra, a lomos de la bici, y se han dispuesto a cruzar al otro lado de la av. de Leganés por el paso de cebra, y, sin bajarse de la bici, han intentado el cruce. Imposible que el coche que llegaba a su altura por su izquierda los viera, como sí, sin embargo, podría haber visto a un peatón que estuviera al borde del paso para iniciar la misma maniobra. Al no cederles el coche el paso (como deben de pensar —cual genuinos ciclistas de acera que serán— que tenía que haber hecho el conductor), han empezado a hacer aspavientos de protesta, y no se si alguna protesta verbal. El caso es que yo ya he rebasado el lugar del incidente sin que haya podido ver cómo terminaba el asunto, aunque sí me ha parecido que la ciclista y el ciclisto conseguían cruzar sin apearse del burro, digo de la bici, escurriéndose como besugos entre dos coches parados en el cruce por la incorporación a la rotonda.
          Pero vamos a ver, capullos: 1º Por la acera no se circula en bici. Pero, 2º, aunque se circule, que no se puede, que no se debe, que la acera es territorio exclusivo de peatones, lo que no se puede tampoco es irrumpir en un paso de cebra pretendiendo que los coches te van a ver como ven a un peatón esperando para cruzar. Y es que, estos capullos ciclistas de acera se sienten cargados de razón, porque no echan humo como los coches: ¡se creen peatones en bici! Cicleatones les llaman algunos.

13/11/13

Impostura

Que un periódico (o séase un negocio de venta de publicidad con el pretexto de las noticias) publique un editorial abogando por el "consumo racional", como hizo El País el pasado domingo, es un sarcasmo, teniendo en cuenta que el consumidor es un producto de la publicidad, que lo que hace ésta es crear necesidades, hacer que el ciudadano necesite lo que no necesita; funciones de la publicidad que no tienen que ver precisamente con el consumo racional sino todo lo contrario.
          Pero el sarcasmo del periódico se ve agravado por el hecho de que el pasado jueves 7 se sacó de la manga un tocho publicitario —ellos lo llaman revista— de casi 200 páginas, que amenazan con regalarlo todos los primeros jueves de mes. El engendro se subtitula —ya no lo tengo: lo tiré al día siguiente al contenedor de papel— algo como Hombres y estilo.
          No pienso contribuir al despilfarro de papel y a la venta de publicidad, por lo que, de los dos días a la semana —lunes y jueves— que compraba el diario, prescindiré también de hacerlo el primer jueves de cada mes... Eso, si no dejo de comprarlo todos los jueves, que es lo más probable. A ver si con un poco de suerte cunde el ejemplo.

¡NO A LA PUBLICIDAD!

11/11/13

Otra vez lo 'humanitario'

Nada, que no hay manera: cada vez que se produce una catástrofe, los medios —¡siempre los medios!—, unos u otros, más tarde o más temprano, acaban aplicándole el calificativo de 'humanitaria', que, por cierto, sería el calificativo más impropio para una catástrofe.
           Ahora le ha tocado el turno al engendro lingüistico con ocasión del tifón sobre Filipinas. Se podría pensar que cuando un locutor o una locutriz lee la noticia se limita a leer lo que le escriben, pero, aun así, ¿no tienen un mínimo de criterio, no les rechina lo que tienen escrito, para advertir el error y arreglarlo aunque sea por su cuenta y sobre la marcha?

6/11/13

La última (por ahora, seguro) tontuna municipal

Desaparecidos los cartelones en los que se nos anunciaba «Alcor-cón, Gran Ciudad» (puede verse mi La de Alcorcón, una oposición que no se entera) y los del mes pasado del festival bávaro-cervecero Oktoberfest («Máxima diversión para toda la familia» era el reclamo. ¡Qué alcalde tan familiar!) aparecen ahora, utilizando la estructura propagandística, se supone que en una campaña contra las pintadas (¿para cuándo la desaparición de las pintadas propagandísticas del Pp?), otros en los que se nos presenta, con tuteo incluido —que no se diga que no hay confianza entre el administador y el administrado—, el aplastante argumento de que «si no pintas las paredes de tu casa ¿por qué lo haces en la calle», seguido de la invitación a la denuncia de "las actitudes incívicas" en un número de teléfono. O séase: hágase policía por un momento y colabore con nosotros. Se supone que «nosotros» (¿incluida la famosa e invisible policía de proximidad?) ya tenemos suficiente con, entre otras, tareas como:

- Dueños de perros que no recogen las cagadas y meadas.

- Dueños de perros sin correa.

- Ciclistas de acera.

- Depositantes de basura y similares fuera de los contenedores.

- Coches aparcados estacionados en las esquinas, aceras y    pasos de peatones.

- Bares que no exhiben la licencia de terrazas de veladores en
  lugar visible desde el exterior, como está dispuesto.

- Incumplimiento de horario de instalación de dichas terrazas.

- Incumplimiento del número máximo de veladores autorizados.

- Ciclistas de acera (creo que ya lo he dicho).

- Escupitajos en el suelo.

- Saltos de los semáforos en rojo.

- Pitadas de los coches con cualquier pretexto.

- Música a todo trapo desde los coches.

- Tapas de registros en la calzada que causan estruendo al    pisarlas los coches.

- Publicidad en árboles, farolas, señales de tráfico, fachadas...

- Ciclistas de acera (seguramente lo habré dicho antes).

Con estas y otras muchas tareas que seguramente se me olvidan debe de estar muy ocupada la policía: no hay más que ver cómo de todas estas "actitudes incívicas" apenas si se ven rastros por las calles. Por ejemplo: ¿ha visto usted alguna vez, le ha pasado alguna vez una bicicleta cuando usted iba tranquilamente por la acera? ¿A que no? ¿A que tampoco se ha encontrado con chuchas —¡y mucho menos meadas!— de perro en las aceras? Pero es porque nuestra policía se emplea a fondo. Por eso no dan abasto para perseguir a los pintamonas, y no se olvide que la eliminación de grafitis fue una de las promesas electorales estrella de don David. Conque, colabore con nosotros: hágase un poquito policía sólo por un momento y denuncie.

Pero bien, suponiendo que uno estuviera —que no lo está, no, de ninguna manera— dispuesto a interiorizar la función policial, ¿cómo se haría la llamadita de marras? A ver: usted sale de su casa o va hacia ella, y ve a un cretino del espray dedicado a su extraordinaria faena y cuando llega llama por teléfono (¡hombre, por favor: tenga usted la precaución de cargar con el móvil!, porque tendrá usted móvil, como todo el mundo), y cuando llegue la rauda policía (la de proximidad o la otra), el pájaro... habrá volado.

Bueno, pues ésta es la última de las tontunas propagandísticas del ayuntamiento que padecemos en Alcorcón.

1/11/13

Fruta del tiempo

Un año ya desde la muerte de Agustín García Calvo. En su memoria —apabullado, además, como estoy por esa banalidad comercial que se ha impuesto del maldito Jalogüin, ¡desde la escuela infantil hasta las macrofiestas de adolescentes!— copio dos conjuros —3 y 10— de su Libro de conjuros.

3

                                ¿Cómo puedes tú
                                tener un nombre entre los nombres?
                                Ni aunque sea un verbo
                                que diga «Pasó»,
                                «Pasará», «Pasara»,
                                ¿cómo pueden hablar de ti los hombres?

                                Es mentira en flor;
                                semilla es de sus errores:
                                porque, si te nombran,
                                parece que ya
                                saben lo que eres,
                                y hasta pueden creer que te conocen;

                                y se dicen «Sí,
                                ya sé que viene; así que, entonces,
                                hago testamento»,
                                «me arreglo con Dios»
                                o «disfruto todo
                                lo que pueda abarcar de aquí hasta el tope».

                                Ah, ¡qué mala fe
                                la de esa voz que a ti te esconde
                                y te vuelve blanca
                                idea y te da
                                en el tiempo hora,
                                tú que el tiempo pariste con dolores!

                                Sí: también —lo sé—
                                mentira son los otros nombres,
                                y si digo 'rosa',
                                la rosa sin más
                                se me queda helada
                                en los labios diciendo 'rosa, rosae';

                                o si ahora —¿ves?—
                                he dicho 'labios', con el roce
                                de su nombre secos
                                mis labios están,
                                y besar no saben,
                                sino sólo matando lo que toquen.

                                Pero el tuyo es
                                quizá raíz de todo nombre;
                                y si a ti del tuyo
                                te libran y ya
                                nunca más te nombran,
                                quizá vivan las rosas y los hombres.



10

Dicen algunos que qué más da
de qué color te vistas,
si de luto o si de oropel
o si de azahar
o si de púrpura fina,

o que te asomes tras el cristal
de lluvia o que en los cirios
del abril me florezcas o
me subas a ver
por el balcón del estío;

que qué más da si de cal y orín
pintada traes la cara
o de guerra carmín, o si
teñida de pus
la piel de escamas doradas,

o que me asaltes al revolver
la esquina, o que me arropes
con tus frías enaguas —que
qué más me dará—
al trasudar de la noche:

si al cabo —dicen— si tú eres tú,
la misma y una y sola.
Y es verdad lo que dicen: es,
por así decir,
verdad sin vuelta de hoja.

Y sin embargo, —no sé— ya ves,
tan pobres que nos dejas,
a tu fe tan esclavos, tan
criados a ti,
tan ricos de esta miseria,

que todavía te pido aquí
que vengas por lo menos
poco a poco, quitándome
con mucha vejez
sentido y sangre y deseos,

que se me vaya secando el sol,
ya casi apenas dulce,
que hable gente a mi lado, que,
según se me van
ensordeciendo, me arrulles;

y sobre todo, que nunca tú
me hagas saber tu hora
ni por boca de juez ni por
o ley o reloj
de veinticuatro pistolas,

que ni en cadalso, que ni a la voz
de «¡Fuego!», ni por doble
irrisión te me vayas a
querer presentar
con máscara tú de hombre.