18/6/12

"El ámbito ideológico de la transversalidad"

El PP perdería la mayoría absoluta. La frase que he puesto en cursiva es el título del comentario publicado ayer domingo en el blog de los transversales de Alcorcón. Trata dicho comentario de una encuesta electoral, "la primera encuesta seria después de las Elecciones Generales 2011 cuyos datos nos llevan a una profunda reflexión", según ellos. "Ellos" porque el blog parece de autoría colectiva, no individual, en el que parece que escribe el primer autorizado que llega, a juzgar por la firma de todas sus entradas —Alcorcón. Ciudad Transversal— y de la chapucera redacción y formato.

Al leer el comentario me imaginé que la encuesta a la que se referían —¡no citan la fuente!— era la publicada ayer por el diario El Mundo, con perdón. Y no es que yo lea mundo ninguno, ni muchísimo menos lo compre, esto no lo he hecho en mi vida, sino que recordé el titular que había leído por la mañana en un ejemplar depositado en la barra del bar. Así es que entré en la página digital del periódico en la que sólo pude leer —a no ser que pagara— lo siguiente:

«El Partido Popular desciende 5,5 puntos pero el PSOE sólo sube 4 décimas

IU, que sube 2,4 puntos, y UPyD, que crece 2,1, se benefician del descrédito de las opciones mayoritarias. Ningún dirigente aprueba.»

Pero veamos cual es esa "profunda reflexión" o reflexiones de los susodichos. Paso por alto la deficiente puntuación y acentuación del comentario, así como expresiones del estilo de: "medidas de calado".

1. De los 5,5 puntos que perdería el Pp, dicen los transversales que "esa sangría en la intención de voto al PP no la recoge el Partido Socialista, que solo aumenta su respaldo entre los votantes en solo unas míseras cuatro decimas. Son IU y UPyD, formaciones menores situadas a los flancos [cursiva mía] de los grandes partidos las que se benefician [...]". ¿¡Pero cómo!? Ahora resulta que Upyd está situada a un flanco. ¿No habíamos quedado en que ni de izquierdas ni de derechas? ¿Y si al flanco izquierdo del Psoe, como convencionalmente parece, estuviera Iu, dónde se situaría la Upyd? ¿Al costado derecho del Pp?

2. Confunden porcentajes con puntos porcentuales, como podrá verse por este párrafo: "IU incrementa su intención de voto en un 2,4 % y la sitúa a nivel nacional en un interesante 9,3 % [En las pasadas elecciones Iu obtuvo el 6,92% de los votos. Por tanto ese 2,4 que situaría a la coalición "en un interesante 9,3%" son puntos porcentuales]. Por lo que se refiere al ámbito ideológico de la transversalidad [¡Toma ya! Cursiva y negrita mías, y creo que voy a enmarcar la frase y a colgarla en lugar destacado de mi... sobrado] UPyD experimenta un incremento notable de apoyos con una subida del 2,1% y una intención de voto a nivel nacional cercana al 7%". La misma confusión que en el caso de Iu.

3. La penúltima "profunda reflexión" del autor o autores del comentario consiste en trasladar los resultados generales de la encuesta a unas hipotéticas elecciones municipales que se dieran ahora en Alcorcón, traslado que da lugar, como no podría ser de otra manera —yo me lo guiso, yo me lo como— a la justificación del título del comentario.

4. La última es cita de un dicho, a modo de cierre y recorte chulesco: "Otros vendrán que buenos nos harán", sin caer en la cuenta de que eso mismo les sería de aplicación a ellos —como esos "otros"— que harían buenos a los anteriores en el hipotético caso de que alguna vez gobernaran.

5. Y para terminar yo a mi vez con este comentario. Hay una "reflexión" que el autor no hace; no dice ni palabra sobre una parte de la encuesta: la que asegura que "Ningún dirigente aprueba". No aprueba, por tanto, la lideresa transversal.

10/6/12

Cuanto antes, mejor

Me preguntaba ayer un amigo si vería mañana —por hoy domingo— el partido. Sin que hiciera falta que me aclarara quién jugaba —al menos no la hacía que me dijera que uno de los dos contendientes era la selección nacional— ni para qué título, tan omnipresente es la noticia sin que pueda uno sustraerse a ella, me sorprendió que, sabiendo que detesto los deportes en general y el fútbol en particular (y más aún si cabe si de fútbol nacional —o séase, nacionalismo deportivo— se trata), me hiciera tal pregunta. Al contestarle, obviamente, que no, me dijo, algo en broma supongo, que qué clase de español era al que le daba igual lo que hiciera "la roja", que le llaman. No supe qué contestarle y después pensé que le podía haber dicho que pertenecía a una clase de españoles a quienes les daba lo mismo lo que hiciera la tal, clase a la que ignoro, evidentemente, cuántos miembros formamos parte de ella.
       Pero luego he pensado también que de haberle contestado aquello, es decir que me daba igual lo que hiciera la susodicha, no habría dicho verdad, porque no es exactamente que me dé igual sino que deseo —deseo que se repite en cada campeonato de naciones— que quede eliminada cuanto antes para así verme libre de la tabarra del ambiente todo alrededor del campeonato, con sus banderitas —con escudo o toro— en los balcones y a la puerta de los bares, los berridos televisivos y callejeros, etc. Así es que sí: por Dios que eliminen a la selección nacional cuanto antes. ¡Qué descanso!

P. S. Obsérvense los esfuerzos que hago en el comentario a fin de no referirme a la selección patria por su apodo cariñoso. Me debo de parecer a Rajoy —¡y bien que lo siento!— cuando en su conferencia de prensa de esta mañana —propagandística: ¿pero qué palabra de este hombre y de sus conmilitones no lo es? Conferencia que, por otra parte, no es que yo haya visto ni oído sino que se da uno de narices con los resúmenes en las páginas de interné— evitó referirse al dichoso "rescate" hablando de "lo de ayer".

Otro post scriptum. Me acabo de enterar de que han empatado. ¡Qué silencio!, ¡qué paz! en mi calle y, seguramente, en todo Alcorcón. Empezamos bien.

3/6/12

La camiseta

1. El seleccionador nacional de fútbol le ha hecho entrega al presidente del gobierno de una camiseta nacional con su nombre y el número 10. No sé qué significado exacto pueda tener en fútbol este número asignado a un jugador, pero pudiera ser el de director u organizador del juego, o quizás el significado más general de 'máximo' en una escala de puntuación de 1 a 10, como en un examen, por ejemplo. Pues ni en un sentido ni en otro creo que sea acertado adjudicarle a Rajoy semejante número, ni como dirigente de la política española, que es bastante dudoso que él dirija, ni como 10, el hombre perfecto, a la vista de la mediocridad que muestra cada día. En lo que sí fue número 10 es cuando estaba en la oposición y se dedicaba —a lo único a lo que se dedicaba— era a poner palos en las ruedas al gobierno con tal de llegar a la Moncloa: fue el campeón de la oposición desleal en los últimos 1.000 años.

2. Signifique lo que quiera tal número en un jugador —quizás hasta se trate de algún tipo de superstición o de fe tonta en los números redondos—, Rajoy aprovecha la entrega para un discursito a los jugadores nacionales (¡y que haya autonomías que quieran tener su selección nacional! ¡Como si no tuviéramos ya suficiente con la española!) para que den una alegría a los españoles con una victoria —que para dar disgustos ya está él, se deduce—. Es una nueva versión del pan y circo —en este caso, dieta y fútbol— actualizada por el presidente, aunque ya le ha dicho el seleccionador-marqués que los problemas de España no se arreglan con una victoria en el fútbol.

3. No debió de oír Rajoy a la vicepresidente hace unos días cuando, con su habitual sonrisa-mueca, soltó la tontada aquella, tan oída por otra parte, de que "No hay que mezclar la política con el deporte".