30/11/06

Exceso de originales

El diario El País tiene a bien acusar recibo de las cartas que no publica con la siguiente fórmula: "Le agradezco el envío de su carta para su publicación en la sección de Cartas al Director. A pesar del interés de la misma [de la carta, no de la sección], lamento que no haya sido seleccionada debido al exceso de originales que recibimos y a la falta de espacio." En vez de ese absurdo de "A pesar del interés de la misma, lamento [...]", lo que quieren decir, claro, es "Lamento que, a pesar del interés de la misma, [...]". Pero, en fin, dejando aparte la atroz sintaxis, me interesa sobre todo comentar las razones que el periódico alega.
1. Aparentemente son dos las razones, pero una sola, en realidad: "el exceso de originales" y "la falta de espacio" son las dos caras de la misma moneda, el revés y el derecho de la misma cuestión.
2. Comprendo que el periódico recibe a diario un montón de cartas y que, evidentemente, no pueden publicarlas todas. Pero en ese mismo caso de "exceso de originales" estarían también las seleccionadas. Es como si a los suspendidos en unas oposiciones se les dijera que lo habían sido debido al excesivo número de candidatos. Así es que tiene que haber una o varias razones más. Y es que la cuestión no es el exceso de originales, que por sí solo no explica nada, sino qué criterios aplican para seleccionar las cartas publicadas.
Se da la circunstancia, por otra parte, de que yo no he pedido explicaciones sobre por qué no me publican las cartas, ni el periódico tiene por qué dármelas, pero si me las da, deben ser completas y veraces.

27/11/06

De los libros

[I]

"Cada libro es, en un sentido íntimo, una carta circular a los amigos de quien lo escribe." (Robert Louis Stevenson)
Glosa: "Sí, pero los mejores libros convencen a los lectores de que también son amigos del autor o autora, aunque ni siquiera los conozcan." (Julian Barnes, El perfeccionista en la cocina, pág. 72)
"Lo más fantástico era que, en el torbellino de aquel mundo enloquecido, sobrenadaba una especie de vida normal, regular. La mañana comenzaba con el ruido blando y doméstico que hacían las zapatillas de bayeta de Sachno, el mozo de servicio. [...] Resultaba agradable oírle llamar sopa a aquel calducho y té al agua caliente." (Evgenia Ginzburg, El vértigo)
"Sosiega y fortalece saber que entre los libros que poseemos hay algunos que bastan para liberar y salvar. Se añaden otros nuevos, casi cada día, pero los necesarios ya están desde hace tiempo." (Guido Ceronetti, El silencio del cuerpo, pág. 59)

26/11/06

Las "consecuencias"

(de lo de las pistolas)

Una. El Gobierno extremará la vigilancia. Esta cantinela de "extremar", "intensificar", "reforzar las medidas", etc. es algo que se ha dicho cada vez que la banda ha perpetrado un atentado u otra fechoría. Así es que ya lo oigo como el que oye llover. ¿No se habían tomado acaso ya todas las medidas que se podían tomar? Pero, en fin, esta primera "consecuencia" creo que no merece mayor comentario.
Dos. El Gobierno perseguirá a los culpables. Obvio. Elemental querido guasón. Es lo que debe hacer, ¿no?. Pero, precisamente por ser tan obvio, no me resulta verosímil que el Presidente no se percatara de la perogrullada, que lo dijera sin intención. Creo que la había, y no podía ser otra que la de tratar de contentar, hacer un guiño a quienes le critican por haber bajado la guardia, según ellos, en aras del "proceso de paz".
En esto han quedado las famosas "consecuencias" del robo de las pistolas.

24/11/06

El Ayuntamiento no contesta

La carta que trascribo a continuación la publiqué por primera vez en el blog Cartas de los lectores, con el mismo título que este post, edición digital de Madrid del 13/06/2006, de un diario de distribución gratuita.
Desgraciadamente, y a pesar del tiempo trascurrido, esta carta sigue teniendo actualidad (el Ayuntamiento de Alcorcón, como el año pasado, ha dado lugar a que se terminara la temporada de terrazas sin contestarme) por lo que he decidido volver a publicarla aquí para aumento de la difusión, me consta que grande, que ya tuvo en su día en aquel diario. Se da la circunstancia de que cuando el Alcalde de Alcorcón habla tiene siempre en la boca la ‘participación’ y el ‘diálogo’, de modo que (partiendo de la base de que el Alcalde es sincero al expresarse de esa manera y no lo dice por decir ni porque sea lo que se espera de él que diga, según la moda, porque es lo políticamente correcto), una de tres: o el Alcalde no entiende que el diálogo es, por definición, en los dos sentidos, recíproco, en este caso del ciudadano al Ayuntamiento, pero también de éste al ciudadano; o lo entiende pero desconoce lo que está pasando en la propia institución que preside; o lo sabe pero es incapaz de ponerle remedio. Bien, sea como sea, ésta es la carta en cuestión:
"En los bajos del edificio donde vivo hay un bar que en cada temporada de terrazas de veladores (en Alcorcón, del 15 de marzo al 15 de octubre) mantiene en la acera más mesas y sillas de las que le está permitido instalar, con el fin evidente (¿con cual si no?) de instalarlas cuando la demanda de clientes lo requiera, aumentando así con esta picaresca, consentida por el Ayuntamiento, el ruido y otros perjuicios no menores que ya sólo con las mesas autorizadas en la licencia tengo, junto con familiares y vecinos, que soportar.
Esta situación la he puesto en conocimiento del Ayuntamiento de Alcorcón en numerosos escritos, presentados en el registro muchos de ellos, y por correo ordinario o electrónico, otros, sin que dicho Ayuntamiento se haya dignado no ya atender a mi justa reclamación (que debe atender porque lo que denuncio es una situación ilegal que me perjudica) sino, ni siquiera, contestar.
Me gustaría que esta carta sirviera al menos para aviso de mis conciudadanos de Alcorcón: que sepan cómo se las gasta y cómo se burla nuestro Ayuntamiento."
Fin de la trascripción, que espero que sirva para general conocimiento de cómo practica el diálogo y la participación el Ayuntamiento de Alcorcón.

23/11/06

El Alcalde y la música (celestial)

En el periódico local, editado por el Ayuntamiento, alcorcón, de septiembre 2006, pág. 3, leí hace unas semanas las declaraciones del Alcalde de Alcorcón hechas con motivo de la futura ampliación del edificio del Ayuntamiento, y perdón por lo extenso de la cita (que transcribo literalmente del periódico, puntuación o, mejor dicho, no-puntuación incluida), pero es que no tienen desperdicio: "la comunicación tiene una gran importancia en la vida actual y en los edificios que hoy se pongan en marcha hay que contemplar esta facultad de poner en comunicación y hacerlo a través de múltiples canales, teniendo en cuenta que la comunicación contribuye a subir peldaños en la calidad de vida en la que tiene que cobrar el protagonismo que le corresponde la sociedad civil estableciendo una dialéctica con el poder en la que actualmente tienen mucho que ver las nuevas tecnologías”. ¡Uf!.

En la página anterior, ya nos advertía el Alcalde que el nuevo edificio no iba a ser “un mero edificio” [¿Pero qué tendrá de malo, me pregunto, que el edificio de un ayuntamiento, o cualquier otro, sea un mero edificio o, incluso, que un alcalde sea un mero alcalde?], sino que va a ser un lugar de encuentro, para la cultura, para la comunicación y para la participación”. Más ¡uf!

Pues bien tras esta retórica vana del primer edil suena una música, no precisamente original, ni novedosa siquiera: algo así como que el Alcalde es un gran defensor de la ‘comunicación’. Pero veamos cómo la practica el Ayuntamiento de Alcorcón:

1. El pasado 1 de septiembre hizo un año que escribí la primera de una numerosa serie de cartas al Ayuntamiento, unas presentadas en el Registro y otras enviadas por correo ordinario, sobre una infracción continuada, que me perjudica, de la terraza de veladores de un bar del edificio en donde vivo, sin que el Ayuntamiento, comunicador él, me haya comunicado por qué no acaba con esa situación ilegal.

2. He escrito también varias cartas (la primera, el 22/08/2005) pidiendo información sobre horarios, número de mesas y normas por las que se rige otra terraza de por aquí cerca (cuya propiedad, por cierto, aunque, creo, no la explotación, es del Ayuntamiento) que tiene toda la pinta de hacer lo que le da la gana, bajo la mirada benevolente y comprensiva de la autoridad, en cuanto a horarios, número de mesas instaladas, etc. se refiere, sin que haya obtenido respuesta del Ayuntamiento comunicador.

3. En los últimos meses me he dirigido varias veces al Buzón del Ciudadano, principalmente para reclamar respuesta sobre los dos asuntos anteriores. La respuesta del Gabinete de Comunicación ha sido siempre la misma: “Hemos enviado su correo a la Concejalía competente sobre la cuestión que nos plantea. En cuanto tengamos mas información, se la comunicaremos”. Por supuesto, jamás recibí “mas información” ni del gabinete, ni de la concejalía competente ni de ninguna otra.

Total que, sí, hay una música sobre la “comunicación” en las perlas que reproduzco al principio, pero es música celestial.

19/11/06

Mentiras y cintas de vídeo

El esperpento es ya conocido: El Pp presenta un vídeo con el que pretende demostrar que la "inseguridad ciudadana" ha aumentado con el gobierno del Psoe. Unos días después se descubre que parte de las imágenes son de hechos ocurridos cuando gobernaba aquél. Y aquí vienen las reacciones de unos y otros.
       Los unos. Como no aportan, prácticamente, más argumento que las imágenes, en el más puro estilo propagandístico, se ven pillados en su propia trampa, y ante la imposibilidad de mantener lo que denuncian aun a pesar de las imágenes, no ven mejor forma de salvarse del ridículo que desviar la responsabilidad de la chapuza hacia la agencia confeccionadora del documental.
       Los otros. Se lo habían puesto muy fácil. Con gran alborozo de los medios arremeten contra las imágenes del vídeo, como si de la falsedad de éstas se dedujera la falsedad de la acusación. Sofisma que tiene su opuesto: que de unas imágenes verdaderas (en el sentido, en este caso, de imágenes de hechos ocurridos en la época de gobierno del Psoe) se deduce la verdad de la acusación; por lo que, ahora, los primeros, los del Pp, podrían hacer que los del Psoe tomaran de su propia medicina sacando otro vídeo con imágenes verdaderas, en el sentido de arriba (no creo que les costara mucho trabajo encontrarlas), aunque harían mejor, sobre todo darían la muestra de respeto a los ciudadanos que no dieron, aportando argumentos y dejándose de propaganda peliculera.

6/11/06

El rey rico y el pobre oso

Ya había leído hace unos días la noticia, en un rincón del periódico El País, sobre la caza en Rusia de un oso por parte del Rey, noticia que, a su vez, había trascendido del periódico moscovita Kommersant. Pero es que, según me entero por un artículo de Jesús Mosterín, El dedo que acciona el gatillo, publicado en aquél el 01/11/06, este es el tercer episodio conocido de caza de osos por S. M. en los últimos tres años, lo que parece indicar que es una costumbre de Don Juan Carlos, sólo que esta vez le han pillao con el carrito del helao.
       Lo peor, con ser muy lamentable, no es que el Rey tenga como afición abatir los osos que se pongan (o que le pongan) a tiro, sino que el Gobierno, al ser preguntado por el costo de las cacerías reales, se llame andana y diga que el Rey distribuye “líbremente” la cantidad que recibe de los presupuestos del Estado. Esto es un sofisma, porque si bien el Monarca, una vez asignada esa cantidad, es libre de gastársela como le dé la real gana, es, sin embargo, creo, asunto del Gobierno no poner a su disposición, vía presupuestaria, un dinero tan mal usado y tan despilfarrado como el de las francachelas cinegéticas. De modo que, para el próximo ejercicio presupuestario, bien podría reducirse la asignación en los miles o decenas de miles o... no tengo ni idea de lo que cuesta que Juan Carlos I le dé gusto al gatillo.
       En cuanto a la Casa Real, no dejan también de ser lamentables las declaraciones al negar que el oso estuviera drogado, admitiendo, por el revés, que bien empleado le habrá estado al pobre, despejado y despierto como estaba, peligrosísimo por lo tanto, y al que el Rey, que pasaba por allí, no tuvo más remedio que cepillárselo.

(Este asunto ha pasado un tanto desapercibido. Más de lo que debería, creo yo. El único comentario del que he tenido noticia ―hoy, 8 de diciembre― ha sido, aunque lo toca de refilón, el de
Ruth Toledano, en El País)

3/11/06

Todos menos uno

Ya me pareció que el señor D'Azúa exageraba cuando en el blog del 23/10/06 de un circunspecto periódico aseguraba: “Todos los partidos catalanes menos el PP (pero el PP no existe en Cataluña) [paréntesis de D' Azúa], han decidido que la estampa sentimental de la sociedad catalana, su icono religioso, es la República. Todos los partidos tratan de reconstruir aquel espléndido momento de pistoleros y espadones, idealizado como un calendario de paisajes olotinos”, porque no eran “todos”, según él mismo nos descubre en el de ayer (jueves, 2 de noviembre, día de los fieles difuntos), con el perentorio título de A ver si se enteran, en alabanza de Ciutadans-Partit de la Ciutadania. Éste no entraba en aquel “todos”: lo que debió de pasar es que al ilustre intelektual se le olvidó mencionar la excepción.
Panegírico victimista, en el que D' Azúa, con su florida prosa, nos obsequia con conceptos tan antañones como “intelectuales del régimen”, “partitocracia”; tan rebuscados como “peronismo catalán”; o con perlas como esta: “La importancia de las últimas elecciones catalanas estriba en que todavía queda una parte de la ciudadanía que no se ha rendido, que no se ha vendido, que no se ha contaminado de la sumisión general.” Claro, no como los demás votantes, unos 2.800.000 (incluidos los que votaron en blanco), que son unos vendidos y aguantan lo que les echen. O esta otra: “Cientos de miles de ciudadanos han confiado en ellos.” Pero, ¿no han sido unos 90.000?
Por supuesto, va a ser el susodicho partido el que, contra la “partitocracia”, con democracia de la auténtica, de la que ellos traen, regenere la política catalana y, supongo, que la del resto de España. Ya lo advierte hoy uno de los electos, el primero: “Vamos a hacer que los políticos [los otros] pongan los pies en el suelo”. Y otro, el segundo: “Nos da igual quien pacte para formar gobierno, no hay diferencias entre ellos.” Lo del político “realista” que se va a ocupar de los problemas “reales” de la gente lo llevo oyendo toda la vida, pero como el que oye llover; y lo de “todos los políticos son iguales”, también. Que esto último se oiga en tertulias más o menos informales o improvisadas en el bar, en el trabajo o en un viaje en metro, pues muy bien, pues vale; pero nunca lo había oído de boca de un político, y menos aún de diputados democráticamente elegidos, lo cual me parece, en los que así se expresan, sentirse por encima del bien y del mal, a un nivel superior al de los “rendidos” y “vendidos” que no les han votado.