17/11/14

No es lo mismo

No es lo mismo no ser X que ser antiX. El que la fachada de una casa no sea artística no la hace antiartística. No es lo mismo no ser madridista que ser antimadridista. El que yo no sea madridista, entre otras razones porque el fútbol me importa un comino, no me convierte en antimadridista. No es lo mismo no ser PP que ser antiPP. El no ser pepero no me... ¡ejemmm, prefiero no seguir porque en este caso no estoy seguro!
         ¿Claro, no? Bueno, pues a pesar de ello el gobierno y su oposición, así como los medios, llevan ya varias semanas confundiendo, a propósito de la tabarra de la consulta —o referéndum o gran encuesta o lo que sea— en Cataluña, no ser ésta democrática con ser antidemocrática. Razonan los próceres del gobierno que no cumple requisitos como garantía del censo, control de las votaciones, etc., pero eso, razona uno, no la hace antidemocrática, en todo caso
ademocrática. La duda que me cabe, aunque tratándose del Pp casi se me despeja, es si la confusión es por ignorancia o mala fe: en cualquier caso no deja de ser un engaño, intencionado o no. En cuanto a los medios, aparte de la medida en que cada uno esté interesado en bailarle el agua al gobierno, lo que les importa no es tanto la precisión como las prisas por informar, por ser los primeros: no se trata de lo que se dice sino de decirlo cuanto antes y ¡dejarse de sutilezas, qué puñetas!

P. S. En realidad, al principio la descalificación del gobierno contra la consulta fue, además de tacharla de "antidemocrática", principalmente la de "ilegal", acompañada de la afirmación tajante de que la consulta no se celebraría porque era ilegal y el gobierno está para hacer cumplir la ley y bla bla bla. Después debieron de caer en la cuenta de que si, a pesar de todo, a pesar de amenazas y presiones se hacía, el gobierno quedaría en muy mal lugar por no haberlo evitado, sobre todo porque no tenían ni pajolera idea de cómo hacerlo. Así dejaron de insistir en lo de "ilegal", salvo alguno, que no se debió de enterar de que la consigna había caducado y siguió con la cantinela, y se centraron en lo de "antidemocrático", incluso añadieron "inútil" y hasta que eso no había sido referéndum ni consulta ni nada y que no tenía efectos jurídicos ¡ni políticos! En fin, la fábula de la zorra y las uvas. (Ya puestos, si eso, según Rajoy, no había sido ni referéndum ni consulta, en caso de juicio contra la Generalitat podría llamarse al susodicho como testigo... de la defensa).

P. S. 2. Lo de que la consulta no ha tenido efectos políticos no se lo cree ni el propio que lo afirma.

14/11/14

Desgracias de un peatón en Alcorcón

Pasaba yo ayer mañana por la calle del Petróleo, esquina a la de Referendum de Viña Grande, cuando la acera, con motivo, pensé, de poda* de árboles en esos momentos, estaba cortada con unas cintas, unas vallas y parte de un camión subido a la acera. El camión, para más inri, del Ayuntamiento, en concreto de la concejalía de Parques y Jardines. Para seguir con mi marcha me vi obligado a cruzar la calzada, a cuerpo limpio, como un valiente, como el héroe que no quiero ser, a una mediana de no más de un metro de ancho, con farolas en medio, por la que fui andando hasta, una vez rebasado el obstáculo, volver a cruzar a la acera por la que iba. Indignante el trato al peatón por parte del Ayuntamiento, lo que parece que no es inconveniente para que últimamente a éste le haya dado por vallar grandes tramos de acera para, supongo, evitar el (mal) cruce de los peatones y forzarlos a que lo hagan por los pasos debidos. Yo, afortunadamente, me muevo por mi propio pie, pero me preguntaba ayer qué habría ocurrido en el caso de una persona en silla de ruedas —ahora que tanto se mira, aparentemente al menos, por la movilidad de los discapacitados—. O en el caso de alguien con cochecito de niño o carrito de la compra.
         Lo más indignante de este tipo de episodios es que son frecuentes. Hasta hace unos meses, un día sí y otro también, al pasar por la av. del Pinar, a la altura de Parque Ordesa, con motivo de unas obras, creo que de impermeabilización del aparcamiento —dicho sea de paso, ¡construido hace muy pocos años!—, me encontraba en la acera con un camión o con la tolva del cemento de uno de ellos o con vallas atravesadas o con material de construcción, etc. impidiendo el paso y obligándome a bajar a la calzada, con los coches a mi espalda —pero uno no tiene ojos en el cogote ni lleva espejo retrovisor—, para poder seguir. Más episodios: hace unas semanas, yendo por la misma avenida, a la altura del edificio que se ha debido de hacer célebre últimamente por vivir en él una afectada —afortunadamente curada— de ébola, me encontré con la acera cortada por la policía porque había, enfrente, una especie de concentración de protesta, si no entendí mal, por el sacrificio de un perro. Pues bien, en esta ocasión también me vi obligado a cruzar al otro lado de la calzada, lado que, además, estaba ocupado por cámaras de televisión, manifestantes, una batería de contenedores, etc.
         Y yo me pregunto: ¿es que tiene que ser el peatón, en caso de obras o similares, el que pague el pato cortándole el paso en vez de recortar el paso de los coches en la medida necesaria? ¿hasta ese punto se han adueñado los automóviles de las ciudades, en concreto de la de Alcorcón, que es el caso que me importa, que tenga que ser el peatón el que se jorobe, por emplear un término suave, para que los automovilistas no se molesten? ¿la policía pasa olímpicamente del asunto como si no fuera nada con ella? ¿no nos jeringan —sigo empleando términos suaves— ya lo suficiente a los peatones con, por ejemplo, la tolerancia de la circulación de bicicletas por las aceras o las terrazas de veladores en un abuso del suelo público?
             
*Esta mañana —14/11/14— he visto los tocones, de unos 30 cms. de alto, de dos árboles; o sea que no se trataba de 'poda' sino de 'tala'. Quizás es que a los del ayuntamiento de Alcorcón, a la vista de lo que ha ocurrido en Madrid, con caída de ramas, con consecuencias graves, mortales en algún caso, me parece recordar, para peatones, les ha entrado un cierto acojone y han decidido actuar, sobre todo por aquello de una posible pérdida de votos.

8/11/14

La catedral de las hostias

Pasaba yo ayer por unas calles por las que raramente voy cuando leí el nombre de un bar: La catedral de las hostias. Me pareció extraño el nombre, por lo que me fijé: ¡La catedral de las tostas! Me preocupé al principio y pensé: estoy perdiendo vista de lejos, tendré que ir al oculista. Pero después: tampoco será para tanto porque, aparte del tipo de letra que, seguramente, quien la puso debió de tomar por algo así como gótica, ¿qué más fácil asociación de ideas que la de un templo y el reparto de hostias? Me quedé más tranquilo. Seguramente no he sido el único que ha sufrido un espejismo semejante.

6/11/14

Acera inteligente

Esto es una inocente e inofensiva acera... aparentemente
(¿Recuerda usted? ¡Una acera!: ese espacio que debe ser territorio exclusivo de peatones, pero que empieza a ser, ya lo es, también de bicicletas, con la tolerancia del consistorio, por aquello del buen rollito ecologista),
pero con una especie de tapa de registro, muy bien disimulada, que debajo esconde un socavón.

Mediante algún ingenioso artilugio —que los ingenieros municipales sabrán sin duda diseñar— la tapa se abriría en modo de trampilla al detectar a un cafre en bici por la banqueta y se tragaría la bici, sin posibilidad de rescate.
(Se tragaría las bicicletas, no a los gamberros ciclistas de acera).
Esta sería la acera con el agujero que se zamparía las bicis

Pues bien, hago propuesta al Ayuntamiento para su construcción.