14/5/17

La virgen de Fátima es inglesa

No he conocido hasta hoy la divertida historia que cuenta Manuel Vicent en El País del 25/07/2010. Sea o no cierto lo que le contaron —que mostraría el fraude sobre la susodicha virgen—, es perfectamente verosímil. Dice:

«[…] el milagro de A Brasileira [café lisboeta] se produjo a mitad de los años ochenta del siglo pasado cuando me encontré con la Virgen de Fátima en carne mortal, sentada a un velador ante una taza de chocolate y un bollo. Era una anciana muy elegante. Un fotógrafo portugués me animó a que me presentara ante ella y le preguntara si era la señora que se apareció en Cova de Iría. Así lo hice. Después de cierta reticencia por mi proceder tan intempestivo y habiéndose repuesto de su primera duda, me ofreció la silla a su lado y me contó la historia.

Se llamaba Mary Wilkin y era inglesa. Se había casado en el año 1917 con Roberto Pinheiro, un joven topógrafo de Oporto, al que conoció en Londres. El primer trabajo de su marido consistió en realizar unos cálculos de topografía para abrir una carretera de segundo orden en Cova de Iría, un paraje abandonado del mundo junto a un pueblecito de Fátima. Mary Wilkin, apenas una adolescente, recién casada, pelirroja, vestida de blanco hasta los pies, con sandalias y un chal azul acompañó a su marido y mientras él trabajaba en las mediciones del terreno, ella se perdía por el valle buscando flores silvestres. Era el 13 de mayo cuando le sorprendió a media mañana una tormenta y se subió descalza a un árbol. De pronto se abrió el sol entre dos cúmulos blancos, un rayo le iluminó el rostro y en ese momento, en el silencio absoluto del paraje, sonó el tintineo de campanillos de unas cabras y vio a tres pastorcillos, dos niñas y un zagal, al pie del árbol mirándola. Aquellos niños nunca habían visto a una joven pelirroja vestida de blanco con un chal azul, salvo en la estampa de la Virgen de Murillo que había en la iglesia de Fátima. […]

—Ese verano —me dijo Mary Wilkin— volví con mi marido de vacaciones a Inglaterra y de regreso a Portugal en otoño me encontré que a Cova de Iría iban decenas de miles de peregrinos». […]

Fin de la transcripción del artículo de Vicent. Artículo completo aquí.

Me parece que no hace falta echarle mucha imaginación para saber cómo ocurrieron las cosas a partir de ese momento hasta llegar al actual, 100 años después en que la iglesia mantiene el fraude, con el último broche de la canonización de dos de aquellos pastorcillos.

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