25/5/12

El periódico, cartelón publicitario

Supongo que el gesto al comprar el periódico de echar un vistazo rápido a la portada e inmediatamente darle la vuelta para hacer lo mismo con la contraportada es muy común. Así lo hice yo ayer jueves cuando lo compré —uno de los dos días a la semana en que lo hago— y recibí como un puñetazo en plena cara porque la susodicha contraportada estaba enteramente dedicada a la publicidad —¡de un coche, para más inri!—, algo que, aunque no es la primera vez que el diario lo hace —estoy refiriéndome a El País, pero me imagino que los demás harán cosas parecidas—, no es lo habitual y mucho menos lo ha sido a lo largo de los años desde la aparición del periódico. No contentos con esto, al seguir pasando las hojas me encontré la segunda y tercera página, también enteras, ocupadas con un solo anuncio... ¡de otro coche!
       Mal debe de andar el negocio de la prensa —¿y el de los coches, tal vez? ¿nos estaremos cayendo del burro? ¡ay!, ¡se me hace la boca agua al imaginar una ciudad sin autos!— , o séase el negocio de la publicidad con el pretexto de las noticias, para que hasta la joya de la corona de aquella recurra a semejantes puñetazos publicitarios. Creo que, a partir de ahora, si me acuerdo, los días en que compre el periódico miraré antes la contraportada y si está convertida en cartelón publicitario no lo compraré.

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