14/11/15

En el nombre del Altísimo

mourir pour des idées, c’est bien beau, mais lesquell’s?
[…]
Mourons pour des idées, d’accord, mais de mort lente,
[…]
les dieux ont toujours soif, n’en ont jamais assez;
GEORGES BRASSENS

No quiero echar leña al fuego —ya bastante pábulo dan los medios, que van a tener alimento para una larga temporada, con recidivas— de los terribles atentados de París, pero he saltado a escribir esto cuando he leído que Rajoy ha dicho que no es una guerra de religiones. Puede que no lo sea, pero los que matan —y mueren— lo hacen en nombre de Dios. Por lo tanto, por parte de ellos al menos, sí lo es. Y lo de matar en nombre de Dios, que ya podría Éste, siendo omnipotente, pararles la mano, no es exclusivo del islam, o, en el mejor de los casos, no lo ha sido en otros tiempos. En cuanto a las sobreactuaciones de los próceres clamando muy serios y compungidos que derrotaremos al terrorismo —creo que sólo falta Francisco, el Papa, por decirlo— me parece una ofensa a las víctimas. Bien, derrotaremos al terrorismo —se dice siempre que hay atentados a gran escala: por aquí se dijo mucho cuando los ataques a los trenes—, pero los que se vayan mientras tanto por delante… Como dijo no sé quien con ironía, pero ahora sin ninguna, de derrota en derrota hasta la victoria final.

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