No dudo de las buenas intenciones de Forges en su viñeta de hoy en El País, pero ese prototipo que presenta del machista con cara de bestia, mal afeitado y cejijunto es falso. Dudo mucho que el machista actual caiga bajo semejante caricatura. Lo más probable es lo contrario: bien afeitado o con barba recortadita y cuidada, guaperas, probablemente con musculatura machacada en un gimnasio, puede que hasta encorbatado o, lo que sucede muchas veces, según cuenta siempre algún vecino de la mujer víctima a quien le han puesto un micrófono delante refiriéndose al detenido: "era una persona normal". Lo siento, pero en esta ocasión Forges no ha estado fino y, me temo, le ha hecho un flaco favor a la lucha contra la violencia machista.
26/10/15
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Tienes razón, como en tantas otras ocasiones, llevar al extremo la caricatura del violento, enmascara la realidad, es la gente normal la q hace atrocidades.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, en política, los nazis, los falangistas, el personal de los campos de concentración o de las partidas de limpieza, eran en muchos casos gente normal, padres de familia imposibles de identificar por su aspecto de primera vista.