Hoy se ha repetido una historia parecida, en el mismo lugar. Aunque no tan cerca como ayer, que me los encontré de frente en la acera, sí he podido ver, alrededor de las 10:30, durante una caminata habitual, cómo seis o siete ciclistas —domingueros obvios: equipo completo con casco y toda la parafernalia, muy probablemente pertenecientes a dos familias, y bicis último grito— circulaban por el carril de la av. de la Libertad y al llegar al cruce de Parque Ordesa, en el que, como decía ayer, el carril cruza al otro lado de la avenida, ellos han continuado su marcha... por la acera, que bordea el conjunto que creo que se llama de los Habitats. Algo habrá que hacer para impedir que las bicicletas circulen por las aceras.
Por favor
Dionisio. Sabes que soy defensor de las bicis como sistema de transporte a impulsar y extender por las ciudades de este país soleado y tan poco lluvioso con gente tan derrochona energéticamente. Lo cual no supone admitir que a los peatones los parta un rayo. No me gusta la prepotencia de los poderosos, pero tampoco la de los ciudadanos que se sienten más fuertes que otros, por ir en bicicleta, por ejemplo.
ResponderEliminarComo de costumbre y en tantas cosas, el espacio público debe ser compartido sin agresiones del fuerte al débil. Facilitando el uso siempre a los más frágiles, los ciclistas deberán recordar que ellos lo son en la calzada con los coches y autobuses, pero los peatones lo son en otros espacios, incluido el carril bici, y un golpe de un ciclista a un peatón es una agresión.
Que los niños/jóvenes jueguen al futbol está muy bien, hay que apoyarlo totalmente. Pero que lo hagan en zonas de juegos infantiles con pequeños por allí debe evitarse. Un balonazo es peligroso para un niño de 3 o 4 años. Cada cosa en su lugar y la educación en todos. Educación, respeto a los demás.
Manuel:
ResponderEliminarNo es una cuestión de respeto, o no es sólo una cuestión de respeto, un respeto que, obviamente, tiene que haber (¿alquien podría sostener otra cosa?): es una cuestión de que los derechos de cada uno tienen que quedar claros, y el derecho del peatón es a circular por las aceras, como un señor, sin sustos ni sobresaltos por parte de los ciclistas (a veces, te pasan desde atrás, rozándote la oreja), sin que las bicicletas invadan la acera. El problema es que los ciclistas se consideran legitimados a usar las aceras cuando se les termina el carril o cuando seguir éste les resulta incómodo.
Si el Ayuntamiento se atreviera, que, por supuesto, no se va a atrever, haría una campaña en ese sentido, en el de dejar bien claro a los ciclistas que no pueden circular por las aceras, aunque no haya carril-bici, incluso advirtiendo de posibles sanciones y estableciendo la debida vigilancia. Pero, ya digo, no se atreverán con semejante campaña: ¿dónde está el Ayuntamiento valiente que ose plantar cara a las bicis en las aceras, con el buen rollito y buena prensa, entre todos los colores políticos, que tienen aquellas?
No seré yo quien diga, en este debate al menos, aunque tengo opinión sobre ello, por dónde han de circular las bicicletas: lo que sí afirmo es que ¡por las aceras, no!, de ninguna manera.
Saludos.