14/11/09

Tinieblas

Ha dicho la iglesia, o al menos la congregación de obispos españoles, que quien apoye, vote o promueva la ley del aborto comete pecado mortal y está excomulgado. Está claro que votar la ley es apoyarla.
     No tan claro lo de que lo sea el promoverla, porque se puede promover más o menos: no es una cuestión de sí o no. Incluso se podría dar, ¿por qué no?, el caso de un diputado que la promoviera y luego votara en contra. Con lo cual, esta ambigüedad de quién pueda cometer pecado (¡"público" han dicho para más inri!) me suena a ganas de la iglesia de meter miedo a la grey católica con su milenario obscurantismo.
    También me parece claro que apoya una ley quien la sanciona y promulga, función que, según la Constitución, corresponde al Rey. De modo que se lo van a poner difícil. Supongo que más difícil que cuando sancionó y promulgó la aún vigente LEY ORGANICA 9/1985, DE 5 DE JULIO, porque entonces no me parece recordar que los obispos condenaran a las tinieblas a quienes la apoyaran. ¿O sí, pero no les hicieron mucho caso?
     Tampoco parece que en otros asuntos a la santa madre le hagan mucho real caso: he leído hace un rato que una princesa —católica, of course— se divorcia. ¡Qué disgusto en la familia!


Otro artículo mío relacionado con este asunto:

El jesuita, el Rey y las ruedas de molino

Nota añadida el 28/02/10. Dudo ahora mucho de que sancionar o promulgar una ley sea apoyarla. Más bien tiendo a pensar que es un mero "publíquese (lo que ya es ley)".

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