Hace algo más de dos años que están funcionando en Alcorcón las 'islas ecológicas'.
Que yo sepa hasta ahora no se ha difundido ninguna especie de resumen o balance sobre el resultado de las islas ecológicas (en adelante i. e.), nombrecito que me repatea.
Las ventajas que ofrecían, según el Ayuntamiento, eran, si no entendí mal cuando estaban vendiéndonos el producto a los alcorconeros, básicamente la de la estética, pero, sobre todo, la higiene y el aumento de los residuos reciclados. Había otros beneficios menos importantes pero que también son dignos de tener en cuenta, como por ejemplo, el que se pueda depositar la basura a cualquier hora, sin necesidad de tener que esperar a la noche para deshacerse de ella.
En estética no creo que se haya ganado mucho, no ya sólo porque el diseño no sea merecedor de ningún premio, sino porque ha dotado a los bárbaros del espray y del grafiti de miles de metros cuadrados para llevar a cabo sus artísticas deposiciones. Y así están muchos de los contenedores que han sido objeto de la atención de dichos imbéciles.
En cuanto al aumento del reciclaje, sin estar yo en posesión de cifra ninguna, acepto que puede ser cierto, y, por tanto, esto por sí mismo sería una gran ventaja.
En lo que ya, me temo, no iba a estar de acuerdo con el Ayuntamiento, es en lo referente a la higiene. No hace falta ser muy exigente en cuestiones de limpieza para percatarse de la suciedad que las i. e. acumulan día tras día, no sólo en lo que se puede ver en el exterior, en sus alrededores (hay archipiélagos que son auténticos muladares), sino en lo que, forzosamente, tiene que haber en el interior de los propios contenedores y en los fosos, porque, por mucho que quieran limpiar, que tampoco creo que sea muy a menudo (si esa especie de lavado de cara que hacen —¿una vez al mes?— con agua a presión apenas consigue quitar el polvo y poco más, ¡cómo estarán los depósitos por dentro!), la cantidad de mugre que se va quedando pegada termina por hacerse perenne. Por tanto ni este gobierno municipal ni ninguno me va a convencer de que los contenedores se pueden limpiar.
¿En qué se traduce esta suciedad? En primer lugar en fealdad, con lo que volveríamos a la supuesta primera ventaja, anulándola, de las i. e. que era la de la estética. En segundo lugar, en malos olores en verano, incluso en otras épocas: hay zonas por donde es un hedor el que se percibe. Hasta mis ventanas —en un piso que se podría considerar alto, en un bloque separado de una batería de contenedores por una acera ancha y por la calzada— llega a veces la tufarada. Y en tercero, en lo que aunque no se vea ni se huela tiene que suponer la acumulación continua de suciedad.
Por cierto que resulta irónico que antes de las i. e. el Ayuntamiento difundía en primavera un bando —que me parecía muy bien— recordando a la población las normas y horarios para sacar los contenedores de la comunidad de vecinos y para depositar las bolsas, a fin de evitar el problema de los malos olores. Sin embargo, es ahora el Ayuntamiento, con las islas, el causante del problema. ¿No tendríamos los vecinos que sacarle un bando al Ayuntamiento al llegar cada primavera?
Se me olvidaba reseñar otro problema que han traído las i. e.: al hacerse la recogida durante el día, a pleno día, los cipostios de tráfico que se organizan a veces son monumentales, con el típico conductor borrego que aunque vea la causa del atasco tiene que tocar el pito a troche y moche.
Este es mi balance particular tras más de dos años de isletas.
Que yo sepa hasta ahora no se ha difundido ninguna especie de resumen o balance sobre el resultado de las islas ecológicas (en adelante i. e.), nombrecito que me repatea.
Las ventajas que ofrecían, según el Ayuntamiento, eran, si no entendí mal cuando estaban vendiéndonos el producto a los alcorconeros, básicamente la de la estética, pero, sobre todo, la higiene y el aumento de los residuos reciclados. Había otros beneficios menos importantes pero que también son dignos de tener en cuenta, como por ejemplo, el que se pueda depositar la basura a cualquier hora, sin necesidad de tener que esperar a la noche para deshacerse de ella.
En estética no creo que se haya ganado mucho, no ya sólo porque el diseño no sea merecedor de ningún premio, sino porque ha dotado a los bárbaros del espray y del grafiti de miles de metros cuadrados para llevar a cabo sus artísticas deposiciones. Y así están muchos de los contenedores que han sido objeto de la atención de dichos imbéciles.
En cuanto al aumento del reciclaje, sin estar yo en posesión de cifra ninguna, acepto que puede ser cierto, y, por tanto, esto por sí mismo sería una gran ventaja.
En lo que ya, me temo, no iba a estar de acuerdo con el Ayuntamiento, es en lo referente a la higiene. No hace falta ser muy exigente en cuestiones de limpieza para percatarse de la suciedad que las i. e. acumulan día tras día, no sólo en lo que se puede ver en el exterior, en sus alrededores (hay archipiélagos que son auténticos muladares), sino en lo que, forzosamente, tiene que haber en el interior de los propios contenedores y en los fosos, porque, por mucho que quieran limpiar, que tampoco creo que sea muy a menudo (si esa especie de lavado de cara que hacen —¿una vez al mes?— con agua a presión apenas consigue quitar el polvo y poco más, ¡cómo estarán los depósitos por dentro!), la cantidad de mugre que se va quedando pegada termina por hacerse perenne. Por tanto ni este gobierno municipal ni ninguno me va a convencer de que los contenedores se pueden limpiar.
¿En qué se traduce esta suciedad? En primer lugar en fealdad, con lo que volveríamos a la supuesta primera ventaja, anulándola, de las i. e. que era la de la estética. En segundo lugar, en malos olores en verano, incluso en otras épocas: hay zonas por donde es un hedor el que se percibe. Hasta mis ventanas —en un piso que se podría considerar alto, en un bloque separado de una batería de contenedores por una acera ancha y por la calzada— llega a veces la tufarada. Y en tercero, en lo que aunque no se vea ni se huela tiene que suponer la acumulación continua de suciedad.
Por cierto que resulta irónico que antes de las i. e. el Ayuntamiento difundía en primavera un bando —que me parecía muy bien— recordando a la población las normas y horarios para sacar los contenedores de la comunidad de vecinos y para depositar las bolsas, a fin de evitar el problema de los malos olores. Sin embargo, es ahora el Ayuntamiento, con las islas, el causante del problema. ¿No tendríamos los vecinos que sacarle un bando al Ayuntamiento al llegar cada primavera?
Se me olvidaba reseñar otro problema que han traído las i. e.: al hacerse la recogida durante el día, a pleno día, los cipostios de tráfico que se organizan a veces son monumentales, con el típico conductor borrego que aunque vea la causa del atasco tiene que tocar el pito a troche y moche.
Este es mi balance particular tras más de dos años de isletas.
ACABO DE RECIBIR EL SIGUIENTE MENSAJE:
ResponderEliminar----- Original Message -----
From: Vecinos indignados
To: destrozandoalcorcon@gmail.com
Sent: Monday, September 07, 2009 2:50 PM
Subject: Suspendida la concentración del día 9
Hola a todos:
Siento tener que deciros que por un problema en el plazo de la comunicación de la concentración, nos vemos obligados a suspender la concentración de este miércoles, ya que nos ha contestado la delegación del gobierno para denegárnoslo.
Pondremos nuevos carteles para avisar de la suspensión. Y seguiremos preparando una nueva convocatoria. Esto va a seguir adelante, pero sin arriesgarnos a tener problemas legales.
Gracias a todos por vuestro apoyo.
Seguimos en contacto.
ESTA ES MI CONTESTACIÓN, que se explica por si sola:
---- Original Message -----
From: Pedro García
To: Vecinos indignados
Sent: Monday, September 07, 2009 3:21 PM
Subject: Suspendida la concentración del día 9
Hola:
Es una pena que se haya tenido que suspender la CONCENTRACIÓN del próximo día 9, pero el miedo es Libre.
Personalmente soy partidario que convoquéis una gran MANIFESTACIÓN, con pancartas, trompetas y tambores si hacen falta y con un recorrido como han hecho otros privilegiados, a través de la calle Mayor, hasta el Ayuntamiento, cosa que al menos no va a molestar a los sacrificados automovilistas.
Espero y deseo que así sea, lo demás sería bajarnos los pantalones ante estos "dictadorzuelos de medio pelaje".
Un saludo,
Pedro García