24/2/19

Burrocracia judicial

Entré hace unos días a consultar, por curiosidad, lo he hecho otras veces, en el BOCM (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid) asuntos que se relacionaran bien con el ayuntamiento de Alcorcón o bien con sentencias en Alcorcón (disposiciones legales, convocatorias, etc. del Ayuntamiento y sentencias y edictos de algunos juzgados). Yo ya sé que la prosa jurídica no es precisamente para tirar cohetes, sino más bien infecta, pero es que el texto con el que di en esta ocasión —un edicto—, no más de 235 palabras, menos de las que tiene el presente articulillo, probablemente marcara record. En un texto, como digo, tan corto encontré como unos 15 errores o erratas, desde alguna coma que no se sabía muy bien qué pintaba hasta palabras repetidas seguidas —probablemente resultado de algún copia y pega—, pasando por un mismo apellido escrito de dos maneras diferentes, hasta no saber cual era la forma correcta —¡si es que alguna de las dos lo era!, que vaya usted a averiguar—, o la adjudicación del nombre de pila de la procuradora como segundo apellido de la representada. Más: en un momento del escrito se habla de la LEC, sin más explicación —¿para qué molestarse en decir que se refiere a la Ley de Enjuiciamiento Civil?—. En otro párrafo escriben "cosas" por costas. Y en otro, "las presentes autos". Y más ocurrencias que sería prolijo detallar. Y uno se pregunta: el o la chapuzas que perpetró el escrito, ¿no lo releyó? Y el juez, o quien diablos lo firme, ¿no lo leyó antes de firmar? ¿firmó en barbecho? No creo que fuera mera casualidad el que yo encontrara este escrito como caso aislado del trabajo mal hecho, sino que, muy probablemente, sea un botón de muestra… de muestra de cómo funciona la burocracia judicial. Para echarse a temblar pensando que se pueda caer entre los engranajes de esta maquinaria.

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