Este hallazgo de 'tregua encubierta', con el que, al parecer, nos ha obsequiado un magistrado, supera con creces en imaginación a aquel otro que en su día nos ofreció el ministro tristón: 'tregua-trampa'.
Es conocido por todos los alcorconeros, a poco que anden por las calles, cómo el populismo de nuestro Ayuntamiento está dando fin a la obra de los carriles-bici —los no sabemos cuantos km. proyectados, cuya cinta de inauguración se encargará de cortar cuando proceda el concejal correspondiente de la cosa—, obra que viene perpetrando desde hace meses a presión del lobby ciclista y a fin de no perder el carro de la ecología —¡ese mantra moderno!— para no ser menos que otros partidos, de hecho para no ser menos que ningún otro partido, puesto que todos ellos se apuntan a lo mismo, contando, además, con el apoyo mayoritario y borreguil de la población, que no se atreve a protestar contra la circulación de bicicletas por las aceras, y que considera tal construcción como el no va más, como lo más genuino, de lo políticamente correcto.
Porque, en efecto, de eso se trata, de que el carril se ha construido en contra de los peatones, robándoles el espacio hasta ahora sagrado para ellos de la acera, fabricando cruces infames entre carriles y aceras, así como invadiendo los pasos de peatones con o sin semáforo, y todo ello sin arrebatar ni un solo metro al sacrosanto automóvil, que tendría que haber sido, como vehículo, el que hubiera pagado el pato del invento del carril-bici. (Otros, quizás con mucha mayor precisión, hablan de aceras-bici). O eso o las bicicletas a circular por la calzada. Pero, en todo caso, quede claro que los firmantes del presente manifiesto no pretenden, ni tampoco sugieren, que las bicicletas se vayan por la calzada. Este es un problema que, como a peatones y señores de la acera, no nos atañe y que, en todo caso, tendrán que ser los ciclistas quienes le reclamen la solución al Ayuntamiento, o a quien sea, sin que nosotros tengamos por qué proponer ni sugerir siquiera solución ninguna. Lo que aquí se reclama es la defensa de la acera en exclusiva para los peatones.
Así pues, por el presente manifiesto, y como primera medida para defender nuestra acera de las bicicletas y partiendo de la base de que el carril-bici es acera y cruces de peatones usurpados al peatón y —parafraseando a los mayistas del 68— teniendo en cuenta que debajo del carril-bici está la acera gritamos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario