30/10/20
28/10/20
Sextilla (2)
Trepa la hiedra, hedera,
por muros, troncos y piedras.
Aunque no tiene patitas,
sí, según dicen los libros,
"raíces adventicias".
¡Ah, claro! ¡Así cualquiera!
por muros, troncos y piedras.
Aunque no tiene patitas,
sí, según dicen los libros,
"raíces adventicias".
¡Ah, claro! ¡Así cualquiera!
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Versos propios. Sextillas
27/10/20
Quintilla (1)
¿El más fïero de todos?
El león, siempre se ha dicho.
Hay que cambiar el refrán:
ahora es el aerosol.
Por lo del maldito bicho.
El león, siempre se ha dicho.
Hay que cambiar el refrán:
ahora es el aerosol.
Por lo del maldito bicho.
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Versos propios. Quintillas
24/10/20
Décima (1)
Regañé en un haiku a octubre
por mentiroso en el nombre
sin ser culpa dë él, ¡pobre!
Sí en cambio erró un Papa (trece
Gregorio), con su almanaque,
dando cabida a los meses
'jano', 'februa', sin coscar
que a nuestro octubre dejaba
(y al siete, al nueve y al diez)
en muy fuera de lugar.
por mentiroso en el nombre
sin ser culpa dë él, ¡pobre!
Sí en cambio erró un Papa (trece
Gregorio), con su almanaque,
dando cabida a los meses
'jano', 'februa', sin coscar
que a nuestro octubre dejaba
(y al siete, al nueve y al diez)
en muy fuera de lugar.
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Versos propios. Décimas
21/10/20
Haiku (12 y 13)
Eres, como otros,
octubre, mentiroso:
¡décimo y no ocho!
o (13)
Eres el décimo,
octubre mentiroso,
pero no el ocho.
octubre, mentiroso:
¡décimo y no ocho!
o (13)
Eres el décimo,
octubre mentiroso,
pero no el ocho.
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Versos propios. Haikus
18/10/20
Quitar gobiernos
Salía de la iglesia de la avenida de Los Castillos, a donde tras dudar había entrado a echar un vistazo por curiosidad, nunca la había visto, cuando en la puerta me cruzo con un hombre y una mujer, y oigo a ella que le dice a él (algo así): "vamos a entrar y podíamos pedir [a Dios, creo que dijo, aunque tal vez a algún santo de su devoción] un milagro a ver si quita la pandemia". La respuesta de él: "yo mejor pediría que quitara el gobierno". Ya no oí más. Y me quedé pensando. Este buen señor debe de desconocer que al gobierno, al presidente, lo cambian (cambiamos) los españoles —aunque no directamente sino por medio de la mayoría en el Congreso, pero eso es otra cuestión— o bien piensa que su dios debe intervenir en el cambio del gobierno, algo así como un golpe de estado a lo divino. Pues ya saben: si se produjera uno de los dos acontecimientos, incluso los dos, y esta mujer y este hombre estuvieran en lo cierto, sería debido a intervención divina. En el primer caso porque Dios habría soplado sobre los viruses para expulsarlos del planeta, que será, digo yo, la manera que el Supremo (quiero decir el llamado Ser Supremo, no el Tribunal Supremo) tenga de acabar con una pandemia. Aunque esperemos que si esto ocurre lo haga con un viento lo suficientemente fuerte para conseguir el fin que se persigue, pero no tanto como para desencadenar un huracán a nivel mundial. Aunque, ¡¿qué digo?!, pero si le bastaría con darle al virus un capirotazo... Por cierto, ¿y por qué no lo hace? podría preguntar alguien cándidamente. "¡Ah, ingenuo!", algún santo varón o alguna santa varona —seamos inclusivos— le contestaría, "¿pero es que no sabes eso de que Él escribe derecho, siempre, por definición, nunca se equivoca, pero lo hace a veces —bueno, vale, muchísimas veces— con renglones torcidos?" Y en el segundo caso, es decir que los deseos de nuestro hombre se cumplieran, moviendo Dios la mano de los votantes españoles en un sentido determinado, comme il faut.
17/10/20
11/10/20
Jitanjáfora (3)
Escrita sobre el soneto de Quevedo contra Góngora Érase un hombre a una nariz pegado, con el cuidado de adaptarme al número de sílabas en cada verso y procurar la rima.
Érase un jeró a una napia teperado,
érase una napia supervaticia,
érase de una espirala amevicia,
érase un piscis pincho mal berrado;
érase un peluco helio malcarado,
érase un probóscide triparriba,
érase una napia duga y escribida,
un Ovidio Cestón mal napinado.
Érase el malecón de una leguera,
érase una pinácula de Picio,
los doce manurios de napias era;
érase un napiacísimo vianito,
frisón archinapil y mascarera,
pulgón cachofal, cardenal y trito.
Érase un jeró a una napia teperado,
érase una napia supervaticia,
érase de una espirala amevicia,
érase un piscis pincho mal berrado;
érase un peluco helio malcarado,
érase un probóscide triparriba,
érase una napia duga y escribida,
un Ovidio Cestón mal napinado.
Érase el malecón de una leguera,
érase una pinácula de Picio,
los doce manurios de napias era;
érase un napiacísimo vianito,
frisón archinapil y mascarera,
pulgón cachofal, cardenal y trito.
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Versos propios. Jitanjáforas
10/10/20
Octavilla (2)
En el barrio hay ünos árboles,
las catalpas especiosas.
Un nombre muy descriptivo:
además de por hermosas,
porque también engañosas:
como carrizo o cañavera
el fruto, semejante
a vaina leguminosa.
las catalpas especiosas.
Un nombre muy descriptivo:
además de por hermosas,
porque también engañosas:
como carrizo o cañavera
el fruto, semejante
a vaina leguminosa.
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Versos propios. Octavillas
7/10/20
5/10/20
Jitanjáfora (2)
Está escrita sobre las siete primeras estrofas de el Romance de Puerto Hurraco, incluido a su vez en el libro Ramo de romances y baladas, de Agustín García Calvo.
Si mirungas el cuadrunfio
y esmeluzas la pinfarda,
diquela qué es beatito,
chamulla la guanipara.
En Mirunguicia, lleretes,
en mitá la porticala,
que es gauta aonde se ajina
en dos la aulé vecindada,
espurrió amor maternal,
pitiminí de venganza,
que de antier se acumulaba,
resultas de malandanza.
En Monteblondo ajinaban,
de Mirunquicia jeradas,
las dos sorores Zurdetas,
la Aángela y la Aluciana,
con el Milio y el Aantonio,
sus dos frateres del ánima,
chamullan miaja con éls,
que parlan con poca parla;
jinaban sin piscar rua,
con las ventosas tancadas;
disca para alar las chanas
a sus frateres postaban;
clisadas chibe tras chibe,
curando la jem sacraude,
solanas con la teuve,
donde la sarta prayaban.
Si mirungas el cuadrunfio
y esmeluzas la pinfarda,
diquela qué es beatito,
chamulla la guanipara.
En Mirunguicia, lleretes,
en mitá la porticala,
que es gauta aonde se ajina
en dos la aulé vecindada,
espurrió amor maternal,
pitiminí de venganza,
que de antier se acumulaba,
resultas de malandanza.
En Monteblondo ajinaban,
de Mirunquicia jeradas,
las dos sorores Zurdetas,
la Aángela y la Aluciana,
con el Milio y el Aantonio,
sus dos frateres del ánima,
chamullan miaja con éls,
que parlan con poca parla;
jinaban sin piscar rua,
con las ventosas tancadas;
disca para alar las chanas
a sus frateres postaban;
clisadas chibe tras chibe,
curando la jem sacraude,
solanas con la teuve,
donde la sarta prayaban.
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Versos propios. Jitanjáforas
2/10/20
Haiku (10 y 11)
Perla con capa,
mariquita de puntos,
al pulgón caza.
Tras fabricar el haiku anterior consulto por curiosidad cómo se dice mariquita en inglés y me sale 'ladybug', lo que me sugirió este otro haiku:
"Insecto dama",
coquita presumida,
en inglés llaman.
El término 'coquita' me lo invento mezclando dos: 'coco' —con que
también se llama a la mariquita en España— y 'coqueta'.
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