31/3/13

Fruta del tiempo

[…]
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!


(A. Machado en Campos de Castilla)

Me pregunto, a la vista de las procesiones televisivas de estas fechas (la antigua Teleaguirre es muy dada a ello para satisfacer —e inducir— una supuesta devoción de las masas madrileñas, al tiempo que se hace lo mismo con el turismo, ¿y se apoya también el
Hecho Cultural

porque en esto ha devenido la religión?), cuántos de los asis-tentes, contando turistas más o menos japoneses o venidos de otras regiones fuera de la de Madrid, entienden o recuerdan ni por asomo lo que se conmemora, que no es nada más (ni nada menos) que la muerte y resurrección del Verbo, aquél que apenas hace unos meses se había, una vez más, hecho carne.
       Me pregunto cuántos, fuera de la brillantez de hábitos, caperuzas, carrozas, trompeteos y canciones, admiración por el esfuerzo de los costaleros, apuros que pasan estos para el transporte —¡cuantos más apuros, más admiración despiertan!—, etc., cuántos, fuera de este carnaval, recuerdan el mandato de Jesús: «No lloréis por mí; llorad por vosotros y por vuestros hijos».

28/3/13

La Hacienda defrauda (2)

De una noticia del periódico de hoy: Bruselas obliga "a Hacienda a contar [en el déficit del 2012] las devoluciones de impuestos retrasadas". Se refiere a las devoluciones de la renta del ejercicio del 2011, que no hicieron el año pasado sino en éste, con el fin de que tales cantidades no figuraran en el déficit del 2012. Otra sucia jugada del ministro Recaudador. Comentario relacionado con éste: La Hacienda defrauda.

21/3/13

La DGT permitirá el acoso ciclista a los peatones

Creo que voy a hacer una propuesta a la enrolladita Degeté para una nueva señal de tráfico que sirva de aviso a peatones, ante la medida que piensan perpetrar de permitir la circulación de bicicletas por las aceras. La he compuesto como he podido —o séase una chapuza, pero ellos sabrán mejorarla— sobre una imagen incluida en el blog losdialogosdepeaton.

18/3/13

Más franciscadas

(Continuación de En ca' san Pedro)

3) "Jesús no vino por los justos sino por los pecadores". ¡Hostias!, con perdón. ¿Pero Cristo no es el Redentor del género humano, según la propia iglesia? Me parece que Francisco (¿I?) se está haciendo el báculo un lío.

4) "Me gustaría una iglesia pobre para los pobres". No: voy a hacer, o intentar hacer, una iglesia pobre sino "me gustaría". Sí claro, y a mí me gustarían otras muchas cosas que no están en mi mano. Pero, aunque sólo sea una (mala)forma de hablar, me parece que no se lo cree ni él si es que una iglesia "pobre" supone prescindir de cosas como medios de comunicación y la ayuda del César-Estado en forma de impuestos a la iglesia destinados. Sería una iglesia que se sostuviera exponiendo la verdad (su verdad) desde los púlpitos y sin más recursos económicos que los aportados por sus fieles. Una iglesia abrazada al precepto evangélico de "no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha". La iglesia a palo seco. A ver si se atreve Francisco (¿I?), porque si ya está clara una pérdida paulatina de la grey católica, no digamos ya con esa iglesia a palo seco, sin recursos para la propaganda y para la difusión de su doctrina: ni una rosca se iban a comer.
          En fin, aquí el gobierno español tiene una magnífica oportunidad de ayudar a la institución, sedicente sucesora de Cristo, a ser pobre: bastaría con que le retirara diezmos, primicias, exenciones de impuestos y "mamandurrias" —¿diría la PEM, presidente emérita madrileña?— con los que actualmente la favorece. Por su parte, la iglesia debería atenerse a otro precepto evangélico: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".

15/3/13

En ca' san Pedro

Intuyo que Francisco (¿I?), el flamante sedicente vicario de Cristo, nos va a proporcionar, al menos al principio de su pontificado, con la impagabale colaboración de los medios, titulares de mucha risa. En apenas dos días ya tenemos dos:

1) "Han ido a encontrar un papa casi al fin del mundo". Esto sí que es una sorpresa: el nuevo papa no sabe —o no ha aceptado aún— que el mundo es redondo y que, por tanto, no tiene principio ni fin. No sé cómo aceptarán los nacionalistas argentinos que el pontífice considere la Argentina como "casi el fin del mundo"*. Y menos mal que no ha dicho casi donde Cristo perdió el gorro, si se trataba de emplear una expresión coloquial y de mostrarse humilde y campechano. Fíjense, además: Francisco (¿I?), siendo jefe de la iglesia católica, o séase universal, se extraña de que los cardenales hayan ido tan lejos (¿?) a buscar papa.

2) "Dios os perdone lo que habéis hecho", dirigido a los cardenales por haberlo elegido. Pero vamos a ver, Su Santidad: ¿no hemos quedado en que quien elige es el Espíritu Santo ("El espíritu sopla donde quiere", —Juan 3, 7— ) y que los cardenales electores son meros amanuenses que escriben el nombre que Aquél les sopla?

(Continúa en 'Más fransciscadas')
             
*Nota añadida el 15/03/13 a las 13:45. Acabo de leer el artículo de hoy de David Trueba —que escribe como Dios— en El País, y extraigo la siguiente frase: "Añadido a Messi o Maradona, el origen del nuevo papa refuerza el ego nunca flaco de sus paisanos, que albergan fundadas sospechas de que Dios pudiera ser argentino".

14/3/13

"Fomentando la depredación circulatoria"

Es el título del artículo que copio a continuación del blog de Eneko Astigarraga, blog ciclista, por cierto. Lo copio suponiendo que E. A. no tenga inconveniente en que lo haga. Las negritas son suyas.

«Presenciamos incrédulos lo que está pasando en nuestras calles, fruto de la futilidad de las medidas de impulso de los modos de transporte sostenible y de una rancia educación civil. Coches pitando e intimidando a bicis y motos, bicis tocando el timbre a peatones en las aceras y soportando el que los coches intenten amedrentarlas, motos colándose en el tráfico y sobreviviendo al mismo a base de malabares y peatones sufriendo las consecuencias. La circulación en nuestras ciudades hemos querido que se convierta en un mero ejercicio de subsistencia, fundamentado en que cada uno se busque la vida de la mejor manera posible y que, en caso de concurrencia, siempre el más fuerte puede.

Lo hemos visto durante todas estas décadas en las que hemos permitido y promovido el uso y el abuso del coche en nuestras ciudades. El coche ha acabado dominando el espacio público y las relaciones viales de tal manera que cuando ha resurgido la bicicleta por una pura cuestión de necesidad evolutiva, se ha decidido que era mejor inhabilitarla de las calzadas y discriminarla a las aceras o a ridículos carriles bici con tal de no tocar en nada el orden y el espacio cedido a los automóviles. Aunque ello supusiera la conminación de los peatones en las aceras.
Ahora andamos dirimiendo si una acera de 3 metros es demasiado ancha para los peatones y que, con esas dimensiones, las bicis caben perfectamente. Andamos también discutiendo si un chaval o chavala de 14, 13 ó 12 años está hecho para morir en la calzada o para amedrentar peatones por las aceras, ahora, eso sí, respetando la distancia de seguridad de 1 metro a los edificios, porque a esos, como a los coches, no hay quien los mueva de su sitio. ¿Alguien ha pensado cuánto espacio le queda a los peatones en una acera de 3 metros si a esos ciclistas les hacemos circular a un metro de las fachadas en dos direcciones y necesitan un espacio de al menos 1,50 metros para cruzarse? Aunque fuera de 4 ó 5 metros y no tuviera árboles, farolas, papeleras, bancos o marquesinas
[ni terrazas de veladores, se podría añadir. En Alcorcón, las terrazas, según la normativa municipal, pueden ocupar hasta 2/3 del ancho de la acera, medido éste desde la fachada hasta el mismísimo bordillo —aunque dejando libre 1,5 m. como mínimo—, por lo que si hubiera árboles el alcorque de estos formaría parte de ese ancho]
sería difícil. Eso sin valorar las diferencias de velocidad de circulación entre unos y otros.
[¿Añadimos otro problema a la infame pretensión de que las bicis puedan circular por las aceras? Veamos. Si usted, señor peatón, va andando por la acera, mucho cuidado con desviarse de la línea recta sin mirar antes hacia atrás para ver si viene alguna bicicleta. Si, ante la necesidad de desviarse para evitar un charco o una baldosa en mal estado o una cagada de perro, no mira antes, puesto que los peatones no solemos llevar espejos retrovisores ni tenemos ojos en el cogote, le podría atropellar un ciclista].
Está claro que la estrategia de tomar como rehenes a los peatones para conseguir las futuras conquistas ciclistoides ha dado sus frutos, aunque parece que es un arma de doble filo mucho más peligrosa de lo que muchos alucinados de la "promoción de la bici caiga quien caiga" habían calculado. Es un paso intermedio, argüirán los más clarividentes hasta conseguir el espacio y el reconocimiento que merecemos que los peatones deberán comprender y apoyar por el bien de la movilidad sostenible. Pero, ¿alguien les ha consultado? Y lo que es mejor aún ¿alguien sabe hasta cuándo?

Es una pena, por no decir una vergüenza, que la circulación en nuestras calles muchos ciclistas sólo sean capaces de proponerla en estos términos, es decir, aduciendo miedo o amenazando, o haciendo las dos cosas simultáneamente. Todo para que les habiliten unos pasilllitos exclusivos en los que sentirse protegidos.

Aunque lo consiguiéramos ¿alguien ha pensado qué pasará en los carriles bici entre los ciclistas lentos e inseguros y los ciclistas rápidos y prepotentes? ¿Y entre los que usan bicis normales y los que usan bicis potenciadas con electricidad? ¿Nadie ha prestado atención a lo que ocurre en esos países donde hay carriles bici por todos los lados y donde se permite por ellos circular a los ciclomotores? Pues mirad.


[Vídeo espeluznante].
El respeto no es algo que se consigue acochinando
[o acochenando, de 'coche', je je]
al más débil, sino teniendo un mínimo de dignidad para hacer valer los derechos que se tienen en el espacio común y estando dispuestos a reconocer los derechos de los demás de la misma manera».


Fin de la copia. Viene ésta a cuento de la intención —criminal— de la DEGETÉ de legalizar la circulación de bicicletas por las aceras. Parece que el lobby ciclista, en connubio con los munícipes enrolladitos, que quieren dejar el mayor espacio a los autos, se ha salido con la suya. ¡Mierda para los ciclistas de acera!

12/3/13

"La acera es peatonal"

Debe serlo. Tiene que serlo. Debe seguir siéndolo. Me entero por el blog Ciudad Ciclista de que diversas organizaciones han firmado un manifiesto que han remitido al ministro del Interior (¿recuerdas, improbable lector de este blog? sí, hombre: el que habló hace poco contra el matrimonio entre homosexuales porque "no garantiza la pervivencia de la especie". Ese) y a la directora general de(l) Tráfico. Para más detalles de organizaciones firmantes y demás puedes pinchar en el enlace del citado blog. El escrito en cuestión es el siguiente:

                   MANIFIESTO: LA ACERA ES PEATONAL

Las aceras de nuestras calles son espacios públicos esenciales para la vida urbana. Son lugares en los que nos comunicamos, conversamos, intercambiamos, jugamos, corremos, caminamos o, simplemente, estamos de pie o sentados.

Las aceras no son canales de circulación de vehículos. El tránsito de vehículos rompe la complejidad y el carácter que tienen, es decir, la forma en la que estamos y nos comportamos en ellas.

La circulación de vehículos por las aceras es especialmente negativa para los grupos más vulnerables de la sociedad; para los niños y niñas, las personas mayores o las personas con discapacidad. El sentimiento de confianza se torna en percepción de riesgo o incomodidad.

En los últimos tiempos, para resolver los problemas de seguridad y espacio disponible en la calzada que tienen vehículos como las motos, las bicicletas o los diversos patines motorizados, algunos ayuntamientos están pervirtiendo el carácter de las aceras permitiendo que aparquen o circulen por ellos, contraviniendo las leyes y rompiendo la cultura de uso del espacio público.

Las normativas de tráfico y, en particular, la legislación de seguridad vial desde sus inicios en los años veinte del siglo pasado, han considerado las aceras como un espacio exclusivamente peatonal.

La reforma del Reglamento General de Circulación vigente, la norma básica que orienta el comportamiento de conductores y peatones, que está siendo elaborada en la actualidad, es una oportunidad de reafirmar el carácter peatonal, no circulatorio de las aceras. Los problemas de circulación y aparcamiento de los vehículos más débiles en el tráfico no deben resolverse en las aceras, a costa de la seguridad y comodidad de los peatones.

Además, es también el momento de apostar por una movilidad más sostenible cuyos pilares deben ser la defensa y promoción de la movilidad peatonal y ciclista. La movilidad ciclista tiene un gran potencial como modo de transporte urbano y sin duda puede contribuir a la mejora ambiental de nuestras ciudades. Sin embargo sería un gravísimo error que la promoción de la bicicleta se hiciese a costa del espacio peatonal, de sus aceras.

En conclusión, las organizaciones firmantes, conscientes de que las normativas contribuyen a generar comportamientos, instan a la Dirección General de Tráfico del Ministerio del Interior a mantener en la legislación de seguridad vial los rasgos peatonales y no circulatorios de las aceras, a reforzar la idea de que LA ACERA ES PEATONAL
.


Fin de la copia. ¡Que no! ¡Bicicletas por las aceras, no!

5/3/13

Fragmento

Ayer mañana al cruzarme por la calle con dos mujeres —entre 40 y 45 años— oí que una le decía a la otra:
«Y dice: "¿y te lo permite la comunidad?". Y le digo: "yo en mi casa hago lo que me sale de las pelotas"».
No oí más, ni sé ni hace al caso ni me importa a qué se refería la que hablaba. Es evidente que le iba contando a la otra la conversación tenida con un tercero. Lo que me llamó la atención fue no ya esa invocación a los atributos específicamente masculinos por parte de una mujer —algo que es frecuente oír entre chicas adolescentes— sino la manifestación de esa idea, quizás muy común, de que cada uno en su casa puede hacer lo que le dé la gana de forma irrestricta. Bien es verdad que muchas veces se tratará de una exageración —a mí no se me ocurriría nunca emplear semejante argumento—, un decir sin saber muy bien lo que se dice. Pero es que otras veces me temo que es así, que creen, literalmente, que cada uno en su casa... Y, ya puestos, en la calle, porque como la calle es de todos es mía: así suelen razonar los energúmenos.

3/3/13

La especie ministro

Captura de pantalla a las 17:40 de hoy en la edición de El País.

No me fío de la literalidad de las declaraciones a pesar de las comillas del periódico, pero me atengo al titular, sin entrar tampoco en el texto de la noticia —sólo he leído el primer párrafo—, entre otras razones porque ¿hay algo más aburrido que leer la letra pequeña de las noticias? Pero veamos.
          "El matrimonio gay no garantiza la pervivencia de la especie", dice el ministro, lo que pretende hacer pasar por un argumento racional para oponerse al matrimonio gay. Pues muy bien ¿y qué? Pero es que, que se sepa, el matrimonio gay no está establecido para eso, no es ese su fin. Así es que es tan obvio como que tampoco el llamarse Jorge Fernández Díaz o ser ministro garantiza la pervivencia de la especie, y no por eso se va a prohibir que haya jorges-fernández-díaz ni ministros del interior.
          Pero la —necia— obviedad de don Jorge saca un concepto que a mí me repele: el de la 'especie' —humana, se entiende, claro—, la 'raza'. Me suena a fascitoide: ¡la especie! Se le habrá llenado la boca. ¿A quien le puede importar la desaparición de la tal especie, sobre todo si en ese caso no habría nadie para contarlo? No sé de qué pie religioso cojeará el ministro, si es que cojea de alguno*, pero su declaración tiene un tufillo del antiguo católico criar hijos para el cielo.

             
* Nota añadida el 04/03/13 a las 19:20. Acabo de saberlo: es miembro supernumerario de La Obra.